lunes, 3 de noviembre de 2014

Causas de la crisis del campo mexicano

La Constitución de 1917 había recogido las peticiones del movimiento campesino, mismas que quedaron plasmadas en el artículo 27 constitucional, dicho artículo le daba a la nación el dominio del suelo y subsuelo, por lo tanto el Estado podría normalizar la entrega de tierra a los campesinos. Además se creó el ejido (minifundio) y se estableció que sólo el Estado podría hacer las dotaciones.
Fue hasta el gobierno del General Lázaro Cárdenas cuando se impulsó el reparto de tierras a través de la reforma agraria, esto significaba el reparto de ejidos (pequeñas extensiones de tierra para ser trabajadas) a los campesinos. Además, en esta época el gobierno impulsó créditos a las familias campesinas, los cuales serían otorgados por dos instituciones financieras creadas para el apoyo al campo: el Banco Nacional de Crédito Ejidal y el Banco Nacional de Crédito Agrario.
El campo significaba una pieza importante para la economía nacional, era el sector que debía abastecer de materias primas y alimentos a la ciudad. Sin embargo, esto no fue entendido así, el apoyo al campo mexicano pronto dejaría de ser importante, pues el Estado apostaría completamente el crecimiento a la industria.
A diferencia del crecimiento de la industria y de las urbes, el otro lado de la moneda nos mostraba un campo cada vez más descuidado y sin apoyo. La intervención del Estado en esta época fue limitada y mal comprendida porque el campo no solo requería de reparto de tierras, sino de un apoyo integrado y continuo a través de las diferentes administraciones.
La crisis de los campos ya declarada para 1970 generó un incremento de la migración a EEUU y a las grandes ciudades mexicanas. Los efectos de esto se tradujeron en el alza de la importación de alimentos para los mexicanos.
Para finales del s. XX, tres cuartas partes de la población mexicana vivía en ciudades, esto trajo consigo un descuido aún mayor para las minorías que permanecían dispersas en las zonas rurales de nuestro país.

Destacamos el papel fundamental del Estado y su enorme responsabilidad para el impuso del bienestar de los diferentes sectores sociales que conforman nuestro país. No debiera ser la intervención del Estado solo para favorecer a unos y desfavorecer a otros. Históricamente el campo y algunos sectores sociales han sido excluidos, por lo que no es una casualidad las enormes diferencias sociales que existen hoy en día.

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